Mi hijo Alan nació con una cardiopatía congénita. Su corazón tenía una anomalía. La noticia fue como un mazazo. Podía fallecer en unas horas. Ahí se nos quedó el corazón en un puño. Sin embargo, después de cinco operaciones, todas a vida o muerte, sigue aquí, riendo, cantando, disfrutando de la vida y nosotros disfrutando de él y con él. Hoy ya tiene 18 años y en estos más de 6.000 días de vida, ha pasado por muchas experiencias, algunas muy duras, aunque la mayor parte de ellas positivas. Y todas compartidas con su familia: su hermano Eric, su padre Fernando, y yo, Koro, su madre.
Este libro narra el tiempo que pasó desde el mensaje avisando que había un corazón para Alan, hasta el momento en el que él dejó el hospital. Es un resumen de casi cinco meses. Recorre los días vividos con un proceso profundo de adaptación y un esfuerzo tremendo de recuperación. Sobre todo para Alan, aunque también para toda la familia.
Este libro no cuenta toda la historia. No narra cada instante. No se detiene en cada uno de los 137 días hospitalarios. En él describo algunos de los momentos que hemos vivido. Y lo hago en primera persona. Han sido momentos llenos de sustos y también alegrías Han sido momentos intensos. Situaciones difíciles. Espacios de incertidumbre y de tensión. Instantes para temblar. Espacios para esforzarse y superarse… Y también momentos de ilusión y de alegría. Incluso momentos de risas, diversión e inspiración. Y sobre todo, siempre, momentos llenos de amor.
En estos intensos meses ha habido de todo. Una gran montaña rusa de emociones se ha ido construyendo a lo largo de los días. Igual que cualquier proceso hospitalario fuera de lo habitual, ha sido un recorrido que hemos vivido con un nudo en la garganta. Desconociendo cómo iba a acabar o si por el camino, esa montaña rusa se iba a desmoronar.
Este libro está hecho desde la honestidad, la bondad y la valentía. En él reconozco las bajadas emocionales, las tensiones y los miedos. También apunto las remontadas de ánimo, las ilusiones y todos pensamientos que conseguían mantenernos a flote. Reconozco los apoyos que venían desde cerca y desde lejos. Y doy gracias por el amor y el cariño que hemos sentido por parte de quienes nos han rodeado en todo momento.
En estas líneas leerás un resumen de lo que ha sido vivir consciente cada instante. De lo que ha sido sentir plenamente el presente. De lo que ha sido procesar cada pensamiento y cada emoción. Todo con el objetivo de superar este reto de forma positiva y exitosa.
Y como digo en el texto de los 5 objetivos que me he propuesto para este libro, “han sido 137 días en los que ha habido de todo. Días que todos los que conocemos y queremos a Alan hemos tenido «el corazón en un puño». Y aún así, cada día, simple y sencillamente porque lo hemos vivido, HA SIDO UN GRAN DÍA”.
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